Para la gente
Lloro de noche,
por esa utopia nocturna.
Lloro de dia por esa verdad entre escombros,
por esa realidad lapidada,
por esa visión escondida.
No hayo donde refugiarme,
no hayo donde comenzar el ataque.
Pienso y hablo lo mismo por semanas,
pero, mis brazos no se mueven,
mis pies siguen rigidos,
asustados y con ansia de un escondite.
Tierra entre rejas,
algunas personas de pie,
animales a su alrededor,
demasiados,
cada dia mas iluminados o oscurecidos.
Ya no tengo idea de su razón,
y me preocupa mi ideal,
¡son solo animales!, tan solo.
Ser humano, no animal.
Engullen ansiosamente papeles, metales y polímeros,
todos con diversas numeraciones inscritas.
Hombres pequeños se convierten en animales grandes,
exprimiendo mis ojos,
fatigando mi ser.
Millones de rostros petrificados,
sin esperanza de siquiera llorar.
Esa superficie se humedece,
pero no se quiebra.
Superficie rigida, vibrante, ruidosa, engañoza, tramposa…
Mundo de cifras,
mundo de pobres,
mundo de ricos,
mundo de animales y dementes.
Cifras, cifras que al final no valen.
Los pies, los brazos y las palabras,
algún dia serán mas.
Pero ya no es momento de subestimar.
Es momento de pelear con lo que nosotros creemos todo,
aunque para ellos no signifique nada,
pues no presume cifras inscritas.
Seremos, algún dia seremos.
Ahora, aun tengo que ocultar mis palabras bajo estos títulos.